sábado, 19 de febrero de 2011

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Extraña sensación la de querer escribir y no saber qué decir o cómo expresarlo.

Más de una vez, he pensado lo genial que sería que existiera un aparato capaz de escribir mis pensamientos, plasmarlos en papel o dibujarlos en un lienzo, que reflejaran todo el cúmulo emocional y sensorial que me embarga en ese determinado momento.

Si de verdad existiera, escribiría lo cansado y aburrido que estoy en estos momentos. Cansado de que las cosas siempre se repitan. Aburrido de intentar cambiar y no lograrlo.

Me siento atrapado en un bucle de situaciones que se suceden una y otra vez, con algún ligero cambio resultado de la causalidad, pero que al final tiene siempre el mismo resultado.

De verdad pensaba que había cambiado, que me había convertido en una nueva persona mas decidida, más vital y convencida de su capacidad para llevar a cabo cualquier cosa que se propusiera. Pero no he dejado de dar pasos hacia atrás, deshaciendo el camino que había hecho al andar.

Tal vez, y con ello digo que posiblemente sea lo más seguro, sea por mi falta de iniciativa, por mi incapacidad para tomar una decisión respecto a algo que conlleve una responsabilidad más o menos grande, por mi ausencia de voluntad o por no poder o no querer ser siempre yo.

El caso es que esa misma incapacidad es la que me impide encontrar una solución a este dilema.

Miento, se como hallarla pero lo que no sé es si tengo la fuerza para ello.

Dicen que querer es poder. También que todos tenemos el mismo tiempo, solo que algunos lo emplean mejor que otros.

Debo recordar que era querer algo de verdad y dejar de lado las vanalidades efímeras que no me aportan ningún beneficio.

Tal vez, la solución esté en un cambio de aires. Puede que en una rectitud de hábitos y cambio de costumbres. O es posible que solo necesite un nuevo borrón y cuenta nueva de todo.

¿Estaré preparado para albergar un nuevo yo?

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